martes, 11 de agosto de 2015

El estado turco, comandado por Erdogan y apoyado por Obama y la OTAN, bombardea al pueblo kurdo con la excusa de "combatir a ISIS".

Caricatura de Latuff mostrando la manera en que "ataca" EE.UU. a ISIS. ¡La realidad es que el estado turco -con la excusa del Estado Islámico y el apoyo de Obama y el imperialismo Europeo- está bombardeando las regiones kurdas de Irak y norte de Siria, para aplastar el proceso revolucionario que tiene lugar en Rojava!
Junto al pueblo kurdo, contra los ataques del estado turco, la OTAN y Obama

El 28 de julio la OTAN se reunió por pedido de Turquía, declarando que “la seguridad de la Alianza es indivisible” y que “el terrorismo es una amenaza directa a la seguridad de los países miembros y a la estabilidad y prosperidad internacionales”. 

Inmediatamente después de este aval -otorgado por los imperialistas europeos y yankys- el presidente turco Erdogan reforzó su escalada guerrerista, amenazando con provocar un nuevo genocidio contra el pueblo kurdo en la región del sur de Turquía y el norte de Siria.

Luego del atentado de Suruc, que significó la muerte de 32 jóvenes que iban a pasar a Kobane para ayudar en su reconstrucción, Erdogan se valió de la excusa de “combatir a ISIS” para apuntar sus cañones a la región de Rojava –norte sirio- liberado de ISIS por las milicias del Kurdistán.  

Para eso movilizó más de 30 mil soldados, tanques y aviones de guerra que empezaron a atacar ciudades y aldeas de las montañas del Kandil en Irak y Rojava, masacrando a decenas de civiles y provocando la movilización y el repudio del pueblo de esa zona.

Al mismo tiempo la policía y el ejército se encargaron de arrestar masivamente a supuestos “terroristas”. Más de 1300 personas fueron encarceladas, la mayoría de ellas -por lo menos 1000- fueron acusadas de apoyar la causa kurda y a organizaciones de la izquierda turca.

Erdogan ataca a los kurdos para proteger a ISIS

¡La lucha de Erdogan contra ISIS es una verdadera patraña! Lo que realmente pretende es aplastar el accionar de las milicias de autodefensas y el PKK -Partido de los Trabajadores Kurdos- de manera de impedir el avance de las únicas fuerzas que demostraron ser capaces de derrotar al Estado Islámico.
 
Hace poco más de un año el mundo presenciaba aterrorizado el avance arrollador del las bandas de mercenarios de ISIS, creada y financiadas por las potencias occidentales, el estado de Israel, las monarquías árabes más reaccionarias y el estado turco, que aportó más de 2000 oficiales de sus fuerzas armadas

Ciudades y pueblos de Irak y Siria caían bajo el control de estas patotas fascistas, que asolaron sus territorios ejecutando genocidios, reduciendo a la esclavitud sexual a miles de mujeres y niñas, empleando la tortura y crueles asesinatos contra las minorías étnicas, religiosas y los homosexuales.

Los ejércitos nacionales que debían combatir a estos verdaderos enemigos de la humanidad, se retiraban abandonando material bélico de primera tecnología y bancos repletos de dinero –como sucedió en la ciudad irakí de Mosul- que caían en manos del Estado Islámico.

Sin embargo, el ataque de los jihadistas a la ciudad de Kobane en Rojava, fue frenado por la durísima y heroica resistencia del pueblo kurdo, encabezada por sus milicias populares, que aún siendo superadas en número y armamento, lograron infligirle la primera derrota a este ejército de mercenarios.

En la batalla de Kobane, denominada el “Stalingrado del Siglo XXI”, las milicias kurdas –especialmente de mujeres- protagonizaron una verdadera epopeya con un costo altísimo: miles de muertos y heridos y más de 120 mil refugiados.

Durante su asedio, el gobierno de Erdogan colaboró abiertamente con el Estado Islámico, asistiendo a sus heridos en hospitales de varias ciudades de Turquía, abriendo las fronteras para garantizarles provisiones y permitiendo la utilización de su territorio nacional para organizar ataques contra el pueblo de Kobane. 

La OTAN y Estados Unidos con Erdogan contra el pueblo kurdo

Mientras Erdogan ataca ferozmente a los kurdos y kurdas en Turquía, Irak y Rojava, Estados Unidos y los gobiernos europeos mantienen –cínicamente- la calificación de “terroristas” al PKK –Partido de los Trabajadores del Kurdistán-y a las milicias de autodefensa de mujeres y hombres.

De esta manera justifican y legitiman la invasión turca a la parte de Siria que está ubicada entre los cantones de Kobane y Afrin. Incursión que fue planificada para impedir que las fuerzas kurdas terminen de unificar sus tres cantones, cortándole totalmente el paso a ISIS hacia sus bases de Turquía.

Por todo esto, sin dispararles un solo tiro o misil a ISIS, los tanques de Erdogan atacan Rojava mientras que sus aviones bombardean las aldeas campesinas de Kandil, que son las montañas ubicadas entre Irán e Irak controladas desde hace años por la guerrilla del PKK.

Lo único que hicieron los gobiernos de EE.UU. y Europa frente a este atropello, fue reclamarle a Turquía “proporcionalidad en sus combates contra el terrorismo”, además de exigirle al PKK que “frene sus ataques contra Turquía… ya que sino lo hacen exacerbarán el actual círculo de violencia”

“Nosotros, que defendemos el derecho del estado turco a defenderse…. queremos que el PKK renuncie a la violencia y vuelva a dialogar con el gobierno” -Declaraciones de Mark Toner, vocero del Departamento de Estado, publicadas por Hurriyet Daily News y otros medios, el 4 de agosto 2015).

¡Hipócritas! Mientras justifican los ataques del estado turco, que cuenta con el segundo ejército más poderoso de la OTAN, condenan al pueblo kurdo por ejercer su legítimo derecho a la autodefensa.

Los representantes de los monopolios que saquean los recursos de todo el mundo, son los que crearon al Estado Islámico para aplastar a los pueblos que resisten el coloniaje y defienden las conquistas democráticas, la igualdad de derechos de las mujeres y la convivencia entre distintas etnias y religiones, como sucede en Rojava.

Estos agentes de los capitales financieros internacionales pretenden masacrar a los trabajadores y pueblos en lucha para implementar sus planes de Ajuste, Saqueo y Flexibilización, particularmente en Medio Oriente, cuyos pueblos han comenzado a rebelarse desde que estalló la denominada “Primavera Árabe”.

Las organizaciones y personalidades democráticas, de Derechos Humanos, sindicales, estudiantiles feministas, de izquierda o antiimperialistas deben pronunciarse, exigiendo el fin de los bombardeos, el retiro de las tropas turcas y de la OTAN de la frontera con Siria y la expulsión de los aviones imperialistas de la base de Ircirlik en Turquía.

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