viernes, 12 de septiembre de 2014

Todo el apoyo al pueblo kurdo que lucha contra el Estado Islámico y los regímenes de Turkía, Irán, Irak y Siria

Guerrilleras kurdas del norte de Siria con su bandera nacional. Las mujeres a la vanguardia de la lucha.

Por la Autodeterminación del pueblo kurdo

El pueblo kurdo es el mayor del mundo sin su propio estado, cerca de 30 millones de kurdos repartidos en Turquía, Irak, Siria e Irán. Esta nación fue siempre oprimida por los imperialismos otomano, inglés, alemán y yanqui, como así también por las burguesías del Medio Oriente y Turquía, que siempre se opusieron a la existencia de un estado kurdo.

Para colmo de males, los más de 15 millones de kurdos que viven en Turquía, 6 millones en Irak, 4,5 millones en Irán y 1,5 en Siria han sido traicionados por sus conducciones políticas, que negociaron con EE.UU. y el gobierno de Turquía la instalación de una región “autónoma”, cuya capital es Erbil, a cambio de defender los intereses imperiales y de boicotear la lucha por su autodeterminación.

Fue así que después de la caída de Saddam Hussein, el imperialismo norteamericano y sus aliados burgueses chiitas, apoyados por el régimen de Irán, les cedieron una autonomía parcial en el norte de Irak -con capital en la ciudad de Erbil- que está a cargo del presidente Barzani, quien cuenta con una milicia, los peshmergas, para defender sus alianzas con los monopolios, que saquean los recursos de esa región riquísima en petróleo y gas.

La retirada de los yankis de Irak y la tremenda debacle del ejército de ese país pusieron a los kurdos frente a un desafío impensado, el de combatir el avance de las tropas del Estado Islámico, ya que los peshmergas son los únicos militares de la región en condiciones de enfrentar a las milicias islamitas sunnitas, integradas por muchos de los ex generales de Sadam Hussein.

Los kurdos de las localidades del norte de Siria constituyen los destacamentos de vanguardia de este proceso, ya que están peleando al mismo tiempo contra dos enemigos poderosos: el ejército de Bashar Al Asad y los islamitas reaccionarios del Estado Islámico y Al Qaeda, liberando varias ciudades que controlan de un gobierno autónomo y milicias de la juventud y las mujeres.

El ejemplo del triunfo de los gazatíes y los kurdos de Siria, junto con la necesidad de enfrentar la invasión del Estado Islámico pueden llegar a provocar una situación de ascenso revolucionario de los trabajadores y el pueblo kurdo, una dinámica, que en la medida en que se profundice cuestionará el poder de Barzami y de sus aliados imperialistas, ya que el pueblo kurdo es uno de los más combativos del mundo.

Los revolucionarios nos solidarizamos con el derecho de los pobladores del Kurdistán a defenderse de las milicias islámicas y, al mismo tiempo, los llamamos a seguir el ejemplo de sus pares de la Franja de Gaza, combatiendo consecuentemente contra las burguesías enemigas que los están oprimiendo, de manera de avanzar hacia la imposición de su propio Estado Libre y Soberano, que para ir hasta el final debería tener un carácter obrero y socialista. 

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