martes, 19 de agosto de 2014

Nestora y Mirelles, símbolos de la lucha contra las narco mafias. Reproducimos texto editado por el Partido Obrero Socialista de México.


El gobierno federal cumplió sus amenazas al detener y encarcelar a José Manuel Mireles  y a 80 de sus compañeros autodefensas. Lo hizo justo cuando se aprestaban a tomar el puerto de Lázaro Cárdenas, bastión de los delincuentes del cartel de los Caballeros Templarios y eje estratégico para la exportación del hierro y otros minerales  que el crimen organizado se roba, desde hace años y con total impunidad, para venderlos a China.
 
El robo de minerales ocurre a través del despojo a las comunidades de los estados de Michoacán, Jalisco y Colima y le dio ganancias mal habidas a los templarios del orden de 1000 millones de dólares en cinco años.
 
No es casualidad que el “comisionado”  Alfredo Castillo, procónsul de Peña Nieto en Michoacán, les marcara el alto a Mireles y a sus compañeros: ¡Justamente cuando las Autodefensas Michoacanas estaban por asestarle un golpe de muerte al imperio económico templario, la burguesía mexicana puso el grito en el cielo!
 
Algunas de las mentes más lúcidas de México han denunciado  la “sociedad de ayuda mutua” que  establecen, de manera natural,  el crimen organizado y la burguesía mexicana: la narcoviolencia le sirve al capitalismo por que despeja el camino a las transnacionales mineras al aterrorizar a la población, obligándola a desplazarse y a abandonar los territorios apetecidos, ricos en mineral.  
 
Al mismo tiempo,  con el manído cuento del “combate al narcotráfico” el Estado de los capitalistas  justifica la militarización del territorio nacional que tanto  atemoriza al pueblo para  que se ejerza, sin ningún miramiento, la represión más brutal en  contra de los pueblos indígenas, contra el EZLN, en contra de los trabajadores, los maestros de la CNTE, los pobres y sus líderes. 
 
¡El crimen organizado y el gobierno de México son familia! ¡Son una sola y la misma cosa! Además, la inseguridad y el dominio de los delincuentes continúan en vastas regiones del país, donde las autoridades son incompetentes para enfrentar a los criminales o son sus cómplices.  
 
Apenas el 30 de junio el diario Reforma consideró como su noticia más importante la formación en Tlalnepantla (prácticamente dentro de la ciudad de México), de un grupo de autodefensa que cuenta con el apoyo de más de 600 vecinos.  
 
La organización armada de la población continúa y el apresamiento de Mireles, el mantenimiento en prisión de la comandante de la policía comunitaria de Olinalá, Guerrero, Nestora Salgado, y de otros autodefensas y comunitarios es la respuesta del gobierno para detener la acción independiente del pueblo.
 
El gobierno de Peña Nieto aborrece a las Policías Comunitarias de los Pueblos Indígenas y  Autodefensas que han surgido en la mayor parte del territorio nacional. Ya pronto no le alcanzarán las mazmorras para encerrar a los hombres y mujeres valientes y dignos que se atreven a enfrentar la ignominia y los abusos de un narcogobierno vendepatrias. 
 
 
Ayer Nestora Salgado y sus compañeros de la  Policía Comunitaria del Estado de Guerrero fueron encarcelados. Hoy están en la cárcel José Manuel Mireles Valverde y sus compañeros Autodefensas de Michoacán.
 
 
Es deber de todos defender a estos mexicanos y mexicanas rebeldes y nobles. No debemos permitir que el gobierno siga ensañándose en contra del pueblo y sus líderes. Es por ello que convocamos a unificarnos por la libertad inmediata e incondicional de José Manuel Mireles, Nestora Salgado y todos sus compañeros presos políticos.
 

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